La Psicología Comunitaria ha surgido en el país como una de las disciplinas relevantes a partir de los años ochenta. Incorporada en el proceso de movilización social desarrollado en esa década, ha pasado hoy día a ser parte, en cierta medida, de las políticas institucionales de diferentes organismos estatales. Sin embargo, la experiencia empieza a señalar que las estructuras gubernamentales no están todavía preparadas para un abordaje comunitario de la problemática social, como tampoco los actuales profesionales recién egresados de psicología, quienes tienen una formación todavía muy débil. Ello requiere modificaciones administrativo-financieras y también de la lógica de los paradigmas subyacentes. Más aún cuando hacia el año 2000 la sociedad chilena va encaminada hacia nuevos fenómenos como la regionalización y la participación de nuevos sectores sociales, procesos, frente a los cuales esta disciplina debe saber incorporarse.