El Arrepentimiento. Letrilla. [Versos]

 

 

Yo llamo buena elocuencia
a la que mueve y persuade,
y llamo discurso agudo
al que es de fácil encaje.
Y pues, aunque he hablado tanto,
no he conseguido ablandarte
el pecho de pedernal,
ya veo que hable muy mal.

Yo no sé cuál es más duro:
si tu pecho y asadura,
o esa mano de Alejandro
que no suelta lo que empuña.
Y pues, aunque te conozco,
intenté con gran locura
volverte más liberal,
ya veo que hable muy mal.

 

¿Te enfadas y haces mal gesto?
Perdóname, dueño mío;
yo quiero tu conversión
y que quedemos amigos.
Si mudares de conducta,
de lo dicho me desdigo
aunque soy hombre formal,
pues veo que hable muy mal.